martes, 17 de enero de 2012

"Soy un peleador del humor cordobés"

El dibujante de Córdoba Julio Olivera es el "padre" de revistas y personajes memorables como María Bizca, Piturro, Piturrito, Socotroco y Juan Tiento. Hoy dirige teatro vocacional y no para de escribir.

Plena actividad. Trabajó como historietista y editor. Sus obras y guiones fueron llevados al teatro (Antonio Carrizo/La Voz).

Plena actividad. Trabajó como historietista y editor. Sus obras y guiones fueron llevados al teatro (Antonio Carrizo/La Voz).

Plena actividad. Trabajó como historietista y editor. Sus obras y guiones fueron llevados al teatro (Antonio Carrizo/La Voz).

Plena actividad. Trabajó como historietista y editor. Sus obras y guiones fueron llevados al teatro (Antonio Carrizo/La Voz).

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  • La puerta del chalé del barrio Quintas de Santa Ana está entreabierta. Pulso el timbre a través de la reja del jardín y aparece un cusco azabachado que, si no tuviera cola y la moviera como un limpiaparabrisas, podría confundirse con un trozo de cordón cubierto de alquitrán. “Obama, ¿querés salir a dar una vuelta con tu amigo?”, le pregunta el amo y el perrito parece asentir lamiéndose el hocico; del otro lado de los barrotes, lo aguarda un tuso marrón, de tamaño similar.

    “¿¡Obama!?”, lo interrogo con una mueca de curiosidad y sorpresa. “Le puse ese nombre porque es negro y simpático”, me responde, mientras me da la mano y me invita a pasar a su casa.

    Por lo visto, el gracejo y la bohemia son aún las señas particulares de Julio Olivera (77).

    En la tierra y con un clavo. En el altillo repleto de recuerdos, donde sueña, proyecta y trabaja todos los días, revive sus comienzos en el dibujo. “Era un mocoso y me pasaba horas dibujando con un clavo sobre la tierra en el patio de mi casa de barrio Pueyrredón”, cuenta. Aún le agradece a un tío que le daba monedas para incentivar su vocación temprana de garabateador.

    Recién a los 17 años, por casualidad, hizo su debut en el humor gráfico.

    “Trabajaba de noche como linotipista en el diario Meridiano y un día bajó al taller el director del diario y vio, pegadas en la pared, las caricaturas que les había hecho a casi todos mis compañero, incluido él”, relata.

    “Preguntó quién había hecho los dibujos. Le confesé mi autoría y pensé que había cavado mi propia tumba, porque lo había retratado caracúlico y con un hilo de baba colgándole de la comisura de los labios; era lapidaria”, ilustra.

    Pero la historia no sólo no terminó como había presagiado, sino que tuvo el mejor de los finales: le ofrecieron el puesto de dibujante.

    “Allí trabajaba un maestro de la historieta: Adolfo Urtiaga, autor de la tira Picho de la Federal”, evoca con admiración. En ese medio gráfico, con Ramiro Ratti llevaron al cómic una historia real, de ribetes policiales. “Nos inspiramos en el caso Vives, que fue un reo que mató a un prestamista y que se hizo famoso después porque ganó la lotería estando en prisión”, recuerda.

    Asegura que el hecho de hacer viñetas todos los días le dio “mucha confianza y un gran entrenamiento”.

    Una idea de papel. En 1972, llevó al papel una idea que le venía dando vueltas por la cabeza hacía una década: María Bizca. La propuesta se presentaba como “una revista de humor cordobés y enfoque político”.

    En agosto del año anterior, Alberto Cognigni había parido Hortensia , que luego alcanzaría la estatura de leyenda.

    “Con ‘el Gordo’ estuvimos a punto de ser socios. Nos reunimos en su casa para hablar del proyecto pero después yo me distraje con otros trabajos y él salió unos meses antes que yo pero con un producto muy superior al mío”, reconoce. Dice que María Bizca fue la consecuencia gráfica de Teletemas , el noticiero animado que durante una década hiciera en los canales 10 y 12 de Córdoba como segmento dentro de los informativos centrales. Tomó el nombre de la publicación de un juego infantil parecido a la rayuela.

    Imprimió hasta número 15 de la revista en Arpón, que tenía talleres en Alberdi. A partir de ahí, en Linotipia Fobera, que fundara Alberto Fontevecchia en 1950 y que entonces publicaba Weekend y semanarios deportivos.

    –¿Cómo fue que dio ese salto?

    –El distribuidor de la revista en Buenos Aires me pidió un día que le mandara 10 mil ejemplares. Le dije que era imposible porque, a duras penas, tiraba dos mil. Él me hizo el contacto con el papá de Jorge (Fontevecchia, fundador y director de Editorial Perfil) con el que fuimos socios durante más de 10 años y generamos verdaderos sucesos editoriales.

    –Como Piturro...

    –Lo de Piturro fue extraordinario. Alberto había descubierto al personaje en una tira de María Bizca y me sugirió que le diera vida propia. Tuvo razón. Llegamos a tirar 90 ejemplares y a distribuirlos por todo el país.

    “Soy un peleador del humor cordobés”, dice de sí mismo. Es verdad: la historieta de ese pícaro cordobés, Piturro, sin un peso partido por la mitad, que aspiraba al éxito fácil en Buenos Aires y derrapaba con facilidad en las curvas femeninas, abrió luego camino a otras creaciones de Olivera, como Socotroco , Juan Tiento , Piturrito y Pitos y Flautas .

    En abril de 1981, la dictadura militar le asestó un golpe casi letal a su carrera de historietista y editor fecundo.

    El 29 de enero de ese año había asumido la presidencia el general Roberto Viola. Olivera tituló la noticia en La macana ilustrada (revista que define como “una caricatura de los diarios de entonces”), de la misma manera que Clarín : “Viola presidente”. Pero amplió en la bajada: “El chúcaro al poder”, jugando con la coincidencia del apellido del militar en el poder con el de la entrañable compañera de baile de Santiago Ayala, ‘El chúcaro’.

    De lo que vivió a partir de la clausura de su editorial, prefiere no hablar.

    Desde la vereda, Obama emite un sonido muy parecido a un ladrido. “Me está pidiendo entrar”, traduce Olivera y baja a abrirle la puerta.

    sábado, 17 de diciembre de 2011

    Piturro por Omar Nicosia


    Hoy me encontre con esta agradable sorpresa en el blog del guionista y dibujante Omar Nicosia.Me anticipe y le pedi permiso para copiar y pegar esta tira que capta bien el humor y la picardia de Piturro.
    Espero les guste tanto como a mi.
    Ah!nobleza obliga,les invito a pasar por el blog de Omar Nicosia que no tiene desperdicio:

    http://omarnicosia.blogspot.com/

    jueves, 29 de septiembre de 2011

    El día que Borges conoció a Piturro

    Domingo 12 Junio de 2011

    Julio Olivera en la 13ª Bienal de Humor Gráfico

    La fama de su personaje lo sigue asombrando. Anecdotario chispeante de un gran artista que hizo reir a tres generaciones de lectores

    Julio Olivera

    Posadas. El dibujante cordobés Julio Olivera estuvo de paso por la ciudad. Fue invitado por la revista Mbarigüí a participar de la Bienal de Humoristas Gráficos (sigue abierta hasta el martes 28) y su presencia engalanó la multi-exposición que desde el viernes quedó inaugurada en el Museo Areco.
    “Poné que tengo todos los años” ordena cuando se le pregunta la edad, con acento inconfundible. Su tono es una mezcla rara de culto y pícaro, como el de esos maestros bohemios que están más allá del bien y del mal. Con 76 años tiene pinta de galán, y debe ser por eso que lo cuida de cerca su compañera.
    De las manos de Olivera nació Piturro, díscolo aventurero creado en los 70. La revista se agotaba en horas en cuanto quiosko se lo exhibiera, incluyendo el de San Lorenzo y Bolívar, histórico en Posadas: Cacho Montiel lo bautizó con el nombre de Piturro, nombre que mantiene. “Por aquellos años también llegó a oídos de Borges, cuenta Olivera, casi asombrado del feed-back de su personaje y anoticiado de este hecho.

    Pero, antes ¿cuándo empezó?
    Dibujo por plata desde chiquito.

    ¿Cómo es eso?
    Mi tío me pagaba para que dibuje en la tierra, y como todo chico, necesitaba la guita para mis gastos. Así empecé.

    ¿Cómo es Piturro?
    Piturro es un vivo, medio vago, pícaro con las minas. No tiene vicios malos; jamás lo dibujé fumando, por ejemplo; ni chupando un wisky, nunca firmó un cheque volador, ¡porque ni chequera tenía! Manejé con respeto cada situación, ¿con picardía? es cierto, pero nunca imaginé nada para Piturro que no estuviera antes en la cabeza del lector. Yo dibujo, sugiero, vos ves lo que querés.

    ¿Y su psicología?
    Tiene todas las mañas genuinas de un “porteño”. Pero ojo que yo diferencio entre porteño y “aporteñado”. Los primeros son buenos tipos, los segundos son más “jodidos”... Piturro es aporteñado. Yo cuento las aventuras de un muchacho del interior del país que iba a la capital a hacerse un futuro. Con pocas ganas de trabajar y aspirando al éxito fácil, se rendía con facilidad ante los (míticos, como los de Divito) curvilíneos minones que se interponían en su camino. La Tetina, su novia eterna, era su ancla con el amor, representaba el deseo insatisfecho.

    De la tira al escenario
    Piturro tuvo una primera existencia de 40 números interrumpida en 1976. Volvió en los 80 y desde los 90, sigue editándose.

    ¿Tuvo problemas con la dictadura?
    El Proceso me clausuró la editorial porque yo había dibujado: Viola presidente, el Chúcaro vice. Una ironía, en alusión a Norma. Vinieron y me dejaron en la calle. Por eso me hice dramaturgo.

    ¿Lo hizo en teatro?
    Hice 25 obras, y debuté con ¡Qué curro con Piturro! que se estrenó en Córdoba, con éxito.

    Al revés de Martín Fierro, que de Hernández pasó a Borges y de Borges a una historieta de Breccia...
    Uy, Borges. ¡Que monstruo! Yo lo admiré mucho. Tengo una anécdota con él...

    Cuéntenos lo de Borges...
    Era la segunda época de Piturro. Borges solía ir a firmar sus ejemplares a la librería La Ciudad en la Galería del Este sobre calle Florida. Yo conocía al dueño. Fui con un fotógrafo. Me acercaría para hablarle, y me sacaba la foto. Alfonso, el dueño de la librería, lo paró cuando llegó y le adelantó quién era yo: Es el creador de Piturro, admirador suyo. ¿Y quién es Piturro? preguntó Borges. Alfonso respondió: Una historieta que vende 90 mil ejemplares por mes. Y Borges que era ciego, pero no sordo... me aconsejó: No se acalore, joven; por lo visto Piturro se vende más que mis libros.

    Su obra, en la Bienal
    Julio Olivera visitó ayer a la tarde el Museo Areco y dibujó amablemente sus personajes para quienes se lo pidieran como recuerdo. En un descanso, mientras recorría la exposición fue interceptado por su colega Juan Carlos Nuñes, creador de Pepo, con quién trabajó en Córdoba. Le preguntó con sorna: ¿Che Nuñes te quedé debiendo algo? Puede ser. Me tengo que fijar, respondió Nuñes. Y Olivera, ni lerdo ni perezoso remató: No te olvides que en aquel entonces yo tenía un socio. ¡Andá a cobrarle a él!
    Típica salida de Piturro.


    La Bienal
    • Puede visitarse con entrada libre en el Museo Areco de lunes a viernes de 9 a 12 y de 16 a 20. Sábados y domingo: de 17 a 20.30.
    Se exhiben dibujos de Goires, Da Silva, Latre, Lirussi, Nuñes, Espinosa, Beck, Langer, Chanti, Maica, Tute, Sendra, Kappel, Ferrero, Casartelli, Sendra, Johr, Tute, El ruso...

    martes, 23 de noviembre de 2010

    jueves, 11 de noviembre de 2010

    Nueva obra de teatro de Julio Olivera

    EL GERIÁTRICO DE LA PALOMA

    Viernes 12 noviembre, a las 22 hs En Casa del arte,Lima 420.

    "PURO TEATRO" Taller de actuación
    Invita al Estreno y Presentación de la obra: EL GERIÁTRICO DE LA PALOMA
    algo peor que un conventillo

    comedia de un acto de JULIO OLIVERA

    Los años se les vinieron encima. Hoy están en el Geriátrico. Es su mundo, la antesala de la eternidad; el mundo al final del horizonte. Solo el recuerdo de lo que fueron los acompaña, mas también, las experiencias, los momentos de vida, los conocimientos, las habilidades y maestrías adquiridas: un caudal único e inestimable.